miércoles, 8 de abril de 2015

El que nace para ser ahorcado, nunca morirá ahogado.

La frase está sacada del lema del ejército filipino, la cual nace a partir del proverbio “No importa lo larga que sea la procesión, siempre acaba en la puerta de la iglesia”.


Con estas dos demoledoras frases da comienzo la sorprendente e inquietante película “Metro Manila” (2013).

Una frase que nos acompañará a lo largo de toda la proyección y que nos hará adentrarnos en el pellejo de la desamparada pareja protagonista. Todo ello envuelto con el asfixiante clima que se respira en la convulsa Manila, la capital de Filipinas, y que te atrapará hasta el último momento sin darte un respiro.

Un emotivo canto a la supervivencia a pesar del precio que haya que pagar..

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