“Cuando la violencia dicta el camino”
Qué gratificante resulta poder dar la bienvenida a un nuevo director (aunque, como este caso, se trate de un muy conocido personaje, el actor madrileño Raúl Arévalo, protagonista de varias películas ya imprescindibles de nuestro cine patrio); sobre todo tras comprobar el talento y el buen hacer demostrados en la realización de esta, su magnífica ópera prima.
Después de pasar ocho años entre rejas por participar en un robo a una joyería, Curro (Luis Callejo) sale con ganas de emprender una nueva vida con su novia Ana (Ruth Díaz) y su hijo, al que todavía no conoce. Sin embargo, José (Antonio de la Torre), alguien nuevo en el barrio que ha conectado bien con su mujer y la gente, se cruzará en su camino.
Raúl Arévalo nos regala un sorprendente trabajo, con planos muy cuidados que nos adentran en las entrañas más inaccesibles de los personajes y el mundo que les rodea, creando una oscura e inquietante atmósfera que mantiene la tensión argumental hasta el último momento.
Todo apoyado en varios elementos que nos acercan la historia: el bar de barrio como punto de encuentro y socialización; el pueblo y sus gentes; la selección musical, y un guión pensado en todo momento para Luis Callejo y Antonio de la Torre, magistrales en los papeles principales. Les acompañan, bordando también sus actuaciones, una soberbia Ruth Díaz y un camaleónico Manolo Solo.
Una recomendable película de violencia y venganza que se huele y se siente en cada fotograma; radiografía de las miserias del ser humano, donde los finales felices no tienen cabida.
En definitiva, una ópera prima que vaticina un más que prometedor futuro también en la dirección para nuestro querido Raúl.
Qué gratificante resulta poder dar la bienvenida a un nuevo director (aunque, como este caso, se trate de un muy conocido personaje, el actor madrileño Raúl Arévalo, protagonista de varias películas ya imprescindibles de nuestro cine patrio); sobre todo tras comprobar el talento y el buen hacer demostrados en la realización de esta, su magnífica ópera prima.
Después de pasar ocho años entre rejas por participar en un robo a una joyería, Curro (Luis Callejo) sale con ganas de emprender una nueva vida con su novia Ana (Ruth Díaz) y su hijo, al que todavía no conoce. Sin embargo, José (Antonio de la Torre), alguien nuevo en el barrio que ha conectado bien con su mujer y la gente, se cruzará en su camino.
Raúl Arévalo nos regala un sorprendente trabajo, con planos muy cuidados que nos adentran en las entrañas más inaccesibles de los personajes y el mundo que les rodea, creando una oscura e inquietante atmósfera que mantiene la tensión argumental hasta el último momento.
Todo apoyado en varios elementos que nos acercan la historia: el bar de barrio como punto de encuentro y socialización; el pueblo y sus gentes; la selección musical, y un guión pensado en todo momento para Luis Callejo y Antonio de la Torre, magistrales en los papeles principales. Les acompañan, bordando también sus actuaciones, una soberbia Ruth Díaz y un camaleónico Manolo Solo.
Una recomendable película de violencia y venganza que se huele y se siente en cada fotograma; radiografía de las miserias del ser humano, donde los finales felices no tienen cabida.
En definitiva, una ópera prima que vaticina un más que prometedor futuro también en la dirección para nuestro querido Raúl.
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