Que una primera película, en este caso la ópera prima de la
directora catalana Carla Simón, trate sobre una experiencia personal traumática que sufrió siendo una niña, es cuanto menos un proyecto arriesgado a
la par que complicado, pero la urgencia de contarlo se impuso a la parte racional,
creando un producto final que derrocha sensibilidad y belleza por todos y cada
uno de sus fotogramas.
Frida, una niña de 6 años, se ve obligada a marcharse a vivir con sus tíos a una casa apartada en el campo tras la muerte de su madre, dos años después de la de su padre, alejándose de su casa y el entorno de la ciudad dónde se había criado hasta ese momento. El proceso de adaptación no será nada sencillo para una niña que se enfrenta prematuramente a la muerte de sus seres queridos.
Frida, una niña de 6 años, se ve obligada a marcharse a vivir con sus tíos a una casa apartada en el campo tras la muerte de su madre, dos años después de la de su padre, alejándose de su casa y el entorno de la ciudad dónde se había criado hasta ese momento. El proceso de adaptación no será nada sencillo para una niña que se enfrenta prematuramente a la muerte de sus seres queridos.
Carla Simón nos abre su corazón y nos regala una historia
cargada de emoción y complicidad, el trabajo realizado con las niñas,
auténticas protagonistas de la historia, es increíble; la verdad y naturalidad
que se transmite a través de sus personajes pone la carne de gallina. A través de los ojos de Laia Artigas se nos
muestra como Frida se enfrenta a la muerte de su madre e intenta integrarse en
la nueva situación familiar, contando en todo momento con la complicidad de su
prima interpretada por la encantadora Paula Robles.
En el otro lado, cabe destacar también la pareja adulta protagonista
interpretada por Bruna Cusí y David Verdaguer que se complementan
perfectamente, la una dando el toque autoritario pero siempre con un punto de
dulzura y el otro poniéndose en el lado más cercano de la niña, más cariñoso,
pero ambos funcionando como un equipo que irradia amor en todo momento.
Una nueva hornada de jóvenes directoras muy preparadas y con
ganas de hacer películas muy personales está insuflando un nuevo soplo de
aire fresco que le está viniendo muy bien a la salud de nuestro cine. En definitiva una preciosa película que nos habla de la vida
misma y que nos dejará grabadas en las retinas varias impactantes escenas que
tardarán tiempo en borrarse. Es por eso que desde aquí la RECOMENDAMOS enérgicamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario