"¿Hasta dónde llegar por un trabajo...?"
Otra vez septiembre, mes de comienzos, de nuevos proyectos,
buenos propósitos; dejamos atrás las vacaciones, y el olvido de horarios, para
reincorporarnos a las rutinas marcadas por el trabajo. Es importante tener un puesto
que esté esperando nuestro regreso… pero más aun que este sea gratificante y
nos dignifique.
Once personas son contratadas para que desarrollen sus
respectivos trabajos, en una nave industrial, frente a un público que paga para
verlos, convirtiéndose así en meros productos de entretenimiento.
El director David Macián, adaptando la (en principio más
teatral que cinematográfica) novela homónima del autor sevillano Isaac Rosa,
consigue diseccionar las distintas etapas por las que pasa todo trabajador: desde
la ilusión primera hasta el hastío provocado por el sentimiento de alienación,
pasando por la monotonía de Sísifo y los conflictos entre compañeros.
Con una interpretación más que correcta, la película nos
plantea varias cuestiones que rodean al mundo laboral, en el que pasamos buena
parte de nuestro tiempo, como por ejemplo la percepción del trabajo como simple
sueldo necesario para sobrevivir –siempre con miedo a perderlo– en la diabólica
espiral consumista en que nos hace caer este sistema capitalista que ha
sustituido los valores de la clase obrera por el individualismo competitivo.
Aunque difícil de encontrar en pantalla grande [salvo
gracias a excepciones como el ciclo de cine en versión original celebrado el
pasado agosto en el Teatro Bretón de Logroño], un arriesgado e interesante
proyecto que rasga por dentro y abre los ojos ante la penosa situación laboral
actual.
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