lunes, 11 de septiembre de 2017

LA MANO INVISIBLE (David Macián, 2016)

"¿Hasta dónde llegar por un trabajo...?"




Otra vez septiembre, mes de comienzos, de nuevos proyectos, buenos propósitos; dejamos atrás las vacaciones, y el olvido de horarios, para reincorporarnos a las rutinas marcadas por el trabajo. Es importante tener un puesto que esté esperando nuestro regreso… pero más aun que este sea gratificante y nos dignifique.


Once personas son contratadas para que desarrollen sus respectivos trabajos, en una nave industrial, frente a un público que paga para verlos, convirtiéndose así en meros productos de entretenimiento. 




El director David Macián, adaptando la (en principio más teatral que cinematográfica) novela homónima del autor sevillano Isaac Rosa, consigue diseccionar las distintas etapas por las que pasa todo trabajador: desde la ilusión primera hasta el hastío provocado por el sentimiento de alienación, pasando por la monotonía de Sísifo y los conflictos entre compañeros.




Con una interpretación más que correcta, la película nos plantea varias cuestiones que rodean al mundo laboral, en el que pasamos buena parte de nuestro tiempo, como por ejemplo la percepción del trabajo como simple sueldo necesario para sobrevivir –siempre con miedo a perderlo– en la diabólica espiral consumista en que nos hace caer este sistema capitalista que ha sustituido los valores de la clase obrera por el individualismo competitivo.




Aunque difícil de encontrar en pantalla grande [salvo gracias a excepciones como el ciclo de cine en versión original celebrado el pasado agosto en el Teatro Bretón de Logroño], un arriesgado e interesante proyecto que rasga por dentro y abre los ojos ante la penosa situación laboral actual.

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