lunes, 26 de febrero de 2018

LA FORMA DEL AGUA (Guillermo del Toro, 2017)

"Poético cuento de amor"




La sociedad suele apartar y marginar a quienes no son como los demás; estos individuos bien pueden martirizarse y vivir en una pena constante, o bien pueden seguir adelante y tener una vida feliz manteniendo intactas las ganas de conocer, de sorprenderse, de soñar. Es el caso de esta preciosa historia de amor.


En plena Guerra Fría, un ser excepcional, descubierto en Sudamérica, es custodiado en un laboratorio de alta seguridad. Allí trabaja Elisa como limpiadora, y quedará cautivada por la extraña belleza del atractivo espécimen.




Guillermo del Toro nos trae, envuelto en un halo fantástico, un cuento que rezuma optimismo por cada uno de sus fotogramas. Una preciosa película que ambienta y recrea de forma excepcional la sociedad americana previa a la guerra de Vietnam. Unos años en los que, mientras imperaba el odio, el racismo, la homofobia y la discriminación, la publicidad vendía una felicidad basada en vivir en un adosado y reunirse con la familia a cenar viendo la televisión.




La selección de actores es impecable; sobresalen Sally Hawkins, como la –en apariencia– delicada chica muda que no rehuye sus sueños y convicciones, y el malísimo Michael Shannon, cuya sola presencia mejora cualquier cinta. Igualmente meritorio es el papel de los secundarios, que además dan voz a colectivos que han tendido a ser silenciados, como los homosexuales, los negros y los inmigrantes. Por último hay que destacar la banda sonora, a cargo de nuestro querido Alexandre Desplat, perfectamente integrada e
n la historia.



Una deliciosa invitación a mostrarnos tal y como somos, un canto a la diferencia que dejará tal muesca en nuestras recónditas almas que nos será difícil olvidarla

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