"Me llamo Lady Bird"
La adolescencia suele ser un complicado tránsito de la niñez
a la fase adulta: nos revelamos contra todo y quienes más lo sufren suelen
ser aquellos que tenemos a nuestro lado, los mejores amigos, la familia.
Christine, autoproclamada Lady Bird, se encuentra
en el último curso de instituto, en Sacramento. Durante el año luchará por
seguir sus ideas y acabar en una universidad de la costa oeste, lo que le
conllevará múltiples conflictos con su madre.
Greta Gerwig –musa y pareja del director Noah Baumbach–
escribe y dirige una película con tintes autobiográficos que le valieron cinco nominaciones al Oscar en la ceremonia de este año. Refleja con sencillez la
angustia de una joven que, en plena búsqueda de su mejor versión, trata de
alcanzar sus metas en medio de una vorágine de cambios hormonales y
emocionales.
La joven actriz Saoirse Ronan brilla, como alter ego de la
directora, en un papel que le va como anillo al dedo. La acompañan unos
progenitores maravillosamente intrepretados por la gran pareja de actores
formada por la genial Laurie Metcalf –en una intensa relación de amor y odio
con su hija– y Tracy Letts –como comprensivo y dulce padre en medio de la línea
de fuego entre madre e hija.
Una entretenida película que, si bien no cuenta nada
especial, presenta aspectos que seguramente serán comunes a nuestras propias
vivencias. Un auténtico homenaje a esas madres que tanto han soportado y tanto
soportan.
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