miércoles, 16 de enero de 2019

TIEMPO DESPUÉS (José Luis Cuerda, 2018)

“Al final ganan los de siempre




La nueva obra del director manchego José Luis Cuerda hereda la esencia de la genial “Amanece que no es poco”, pero pone en su punto de mira las bases de la sociedad en la que estamos inmersos.


En un futuro muy lejano –mil años arriba, mil años abajo– el mundo está dividido en dos: por un lado, la élite y la gente que no lo pasa del todo mal, que vive en un edificio, y, por otro, los parados y desheredados, que viven en las afueras. La limonada que vende uno de estos a aquellos provoca el conflicto entre los dos mundos.




A través del absurdo Cuerda se empeña en no dejar títere con cabeza, caricaturizando prácticamente todos los estamentos del orden establecido: la pasividad de la juventud, el peligro de que los más humildes se culturicen y la manipulación de las masas, el poder de los medios de comunicación, la necesidad de los parados, la maquinaria letal del capitalismo, el papel de la monarquía… Refleja además hechos fundamentales de nuestra querida España, como el poder que tuvo el clero durante la guerra o la Transición a una vida mejor.




Aunque tiene un buen puñado de chistes y situaciones que arrancan la carcajada –mérito del magnífico plantel de comediantes que alberga y de la buena dirección de Cuerda–, todo hay que decirlo, no alcanza la gracia de su primogénita.




Una punzante película que hace plantearse una cuestión: ¿cuál es mayor absurdo: esta alocada cinta o la patética realidad que vivimos? ¡Taxidermia!

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