"Cuando Charlize encontró a Seth"
Hay cosas difíciles de imaginar. Por ejemplo, emparejar al
gamberro y desaliñado Seth Rogen con la preciosa y delicada Charlize Theron:
él, un periodista en paro que viste con llamativas chaquetas de chándal; ella,
una influyente y poderosa mujer que derrocha belleza por todos sus poros. Sin
embargo, el director Jonathan Levine hace que todavía podamos creer en el amor.
En el de sentimientos y no en el de las apariencias.
Un casual y divertido encuentro entre un periodista, sin
trabajo por defender sus principios, y su primer gran amor, ahora convertida en
una de las mujeres más influyentes del planeta, hace que empiecen a trabajar
juntos y… ya se sabe: del roce nace el cariño.
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Momento del primer encuentro después de muchos años. |
Nos encontramos con una película que recupera el espíritu de
las grandes comedias románticas, añadiendo el ritmo frenético de nuestros
tiempos; una película que tiene la virtud de cambiar los roles de género, con
el personaje femenino en la situación de poder. Sin embargo, tras su envoltorio
en apariencia dulce, la cinta esconde dardos sutilmente dirigidos: un
presidente del gobierno que deja su cargo para dedicarse al cine, la inmaculada
y extravagante perfección del primer ministro canadiense o los desagradables
personajes que dirigen poderosos medios de comunicación.
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Charlize acompañada por su peculiar equipo. |
Pero nada de esto funcionaría sin la maravillosa conexión
que se establece entre la imposible pareja protagonista: un efectivo y
espontáneo Seth Rogen, que hace de digno acompañante de la elegante, glamurosa
y divertida Charlize Theron, personaje alrededor del cual gira la trama.
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La pareja en pleno éxtasis teniendo un guiño con Pretty Woman. |
Una ocasión para pasar un rato divertido, reírse a carcajada
limpia con algún que otro gag y captar el mensaje naturalista que defienden
ambos personajes protagonistas. No todo está perdido todavía.
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