jueves, 16 de enero de 2020

EMA (Pablo Larraín, 2019)

“Fuego en las venas”






¿Qué son más machistas, las letras de las canciones de reguetón u obligar qué y cómo bailar a la gente? La nueva película del director chileno Pablo Larraín (El club) trata, entre otros temas, la forma de vida de la generación milenial, en que esa clase de música juega un papel muy relevante.



Ema, una joven bailarina, intenta rehacer su vida después de separarse de Gastón, su coreógrafo y pareja, tras la devolución del niño adoptado que no supieron sacar adelante. Y para ello tiene un enrevesado plan en mente.



La pareja protagonista en la casa donde viven.



El magnético y fogoso personaje femenino de la película es el eje sobre el que gira toda la película. Sus relaciones con su pareja, amistades y familia, su fracaso como madre, el baile urbano como forma de expresión, el fuego interno al que tiene que dar rienda suelta, ya sea a través de un lanzallamas o de un sensual baile.



Ema y su sugerente grupo de amigas que también son bailarinas.



La historia, aunque al principio cuesta tomarle el pulso, nos va atrapando poco a poco a medida que vamos conociendo al personaje de Ema y sus intenciones. Una historia con muchas capas que nos habla de la adopción, del reproche, del sexo, de la liberación, en la que la magnífica actriz Mariana Di Girolamo se nos destapa como un torbellino mezclando dulzura y pasión. Muy atentos al interesante alegato en contra del reguetón que hace el personaje interpretado por Gael García Bernal y la respuesta de las bailarinas.



Ema se desahoga utilizando su lanzallamas.



Una gran puesta en escena para esta feminista cinta que se disfrutará mejor si al visionarla se deja a un lado el filtro de los valores tradicionales.

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