"El espíritu de la colmena"
En ocasiones –por lo menos en mi caso– uno siente que no encaja en los cánones sociales preestablecidos. Es lo que le ocurre al infantil protagonista de la ópera prima de la directora Estíbaliz Urresola Solaguren. Con ocho años, siente y percibe que no encaja en lo que la sociedad espera de un niño de su edad.
Cocó. Así es como se hace llamar Aitor, el pequeño de los
tres hijos de Ane, porque no se siente identificado con su nombre. Su madre,
sumida en una crisis tanto personal como profesional, pasará las vacaciones con
los tres hijos en el pueblo donde vive su madre y su tía Lourdes, muy vinculada
a la cría de abejas.
La interpretación de la niña Sofía Otero es muy creíble. |
Meritorio primer largo de la directora vasca Estíbaliz
Urresola, que trata el tema de la identidad de género, desde la perspectiva de
una criatura que se enfrenta a los estereotipos que le impone la sociedad, y
que familia y amigos no dejan de recordar a su madre. Las reflexiones y cuestiones que
se plantea, escuchadas de una persona de tan corta edad, ponen la carne de
gallina. Pero la directora también nos habla de la gente luminosa que encuentra
por el camino, como la tía Lourdes, que, con sus abejas y sus historias, da
tranquilidad y calma a Cocó.
La tía Lourdes interpretado por Ane Gabarain es un elemento clave en la historia. |
La actuación de la niña Sofia Otero, que la convirtió en la
actriz más joven en ganar un Oso de Plata en el Festival de Berlín, es
estremecedora y muy potente. También la labor de Patricia López Arnaiz, en
el papel de una mujer que intenta educar a sus hijos en el respeto y la no
discriminación, pero que está desbordada con sus problemas sentimentales y laborales.
Hay que decir que la película se cuece a un fuego muy lento, que, según a qué
horas se vea, puede provocar alguna cabezada que otra. Y que tiene unos
paisajes idílicos, localizados en el País Vasco, que parecen de cuento.
Patricia López Arnaiz hace un gran papel como madre. |
Una recomendable película que hace reflexionar y plantearnos
cuestiones sobre nuestros propios comportamientos en esta sociedad de clichés y
arquetipos.
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