PRISCILLA (Sofia Coppola, 2023)

“La cara B de Elvis”

Aprovechando una visita de mi madre, nos fuimos a ver la última película de Sofia Coppola, basada en el libro de memorias Elvis and Me, publicado por Priscilla Presley en 1985, ocho años después de la muerte del cantante, y que causó gran revuelo en la sociedad americana.

Un exitoso Elvis Presley conoce durante una fiesta en una base militar alemana a la adolescente Priscilla Beaulieu. A partir de ahí los dos se quedan prendados el uno del otro.

La actuación de Cailee Spaeny le hizo llevarse la Copa Volpi en Venecia.

Sofia Coppola deja a un lado al gran icono para poner el foco en la particular relación que mantuvo con su esposa: desde su noviazgo, que comenzó cuando ella era una niña de 14 años, hasta convertirse en la abnegada esposa que esperaba a su marido encerrada en esa fortaleza llamada Graceland.

La "idílica" familia Presley con la recientemente fallecida Lisa Marie.

Lo que se cuenta en la película es la relación tóxica que se entabló entre ellos, en la que él quería controlar todo lo referente a su mujer (la forma de vestir, de peinarse, incluso cuándo o no debían tener relaciones), dejando ver una persona insegura, con escasa personalidad, siempre rodeada de amigos, enganchado a las pastillas desde muy joven: una persona caminando a paso firme hacia la destrucción, arrastrando consigo a su compañera, enamorada de él hasta la médula. Como curiosidad la banda sonora no tiene ningún tema original del de Memphis, no lo permitieron los que controlan su legado, que sin embargo si que tiene versiones de rock que a veces no coinciden con la época que retrata. Supervisada por Thomas Mars, marido de Sofia Coppola y cantante de la banda Phoenix, el resultado es una ingeniosa música que acompaña perfectamente a las imágenes de la película.

El control por parte de Elvis dominaba la relación de la pareja.

Un oscuro retrato de un mito de la música, que por momentos causa hasta terror, con una sutil actuación de la joven Cailee Spaeny . La cara B del rey del rock, una cara B que mi madre también desconocía