"Genial ejercicio de amor hacia la industria cinematográfica"
Ha llegado la novena película del carismático Quentin
Tarantino, y todo suena a despedida. Al verla, uno siente que el director ha estado aguardando toda su carrera para rodar esta ofrenda a todo lo que absorbió como
una esponja durante su niñez y adolescencia, hasta convertirse en uno de los
directores más icónicos de esta era en que nos ha tocado vivir.