“Con la primera copa, el hombre bebe vino; con la segunda, el vino bebe vino, y con la tercera, el vino bebe al hombre”
El consumo de alcohol está ligado a la historia de la humanidad. Estudios e investigaciones han hallado pruebas de su consumo en el antiguo Egipto, China o Babilonia. El director danés Thomas Vinterberg, a partir de la teoría de que el cuerpo humano sufre un déficit permanente de alcohol en sangre y que, una vez remediada, somos más creativos y estamos menos estresados, reúne a cuatro de sus actores habituales para regalarnos esta fantástica película.
Cuatro profesores de instituto, hastiados con su día a día, deciden incorporar el alcohol a su rutina diaria, intentando demostrar que así pueden mejorar tanto en su vida laboral como personal.
Una cena de cumpleaños da origen al experimento etílico. |
La edad media adulta puede resultar un descorazonador transitar por la vida: la fuerza y las ilusiones de juventud se desvanecen y la rutina te va comiendo. Vinterberg lo desmenuza en sus cuatro protagonistas, para los que cuenta con un elenco excepcional de actores, que compartieron la Concha de Plata en la última edición del Festival de San Sebastián: Mads Mikkelsen, Thomas Bo Larsen –actor fetiche del director–, Magnus Millang y Lars Ranthe. Todos habían trabajado ya con él en filmes como La caza o La comuna.
Mads Mikkelsen quiere recuperar la magia perdida en su vida. |
El director (que sufrió la pérdida de su hija Ida a los cuatro días de empezar el rodaje, y que, después de un parón, decidió, como homenaje, terminarla) divide la cinta en tres partes: una primera donde la chispa que ofrece el alcohol te desinhibe y te puede empujar en el día a día; otra donde se llega al límite de lo soportable, y una última en la que se sufren todas las consecuencias de los actos propios. La película, lejos de juzgar el papel del alcohol en la sociedad, se convierte en una celebración de la amistad y de la necesidad del ser humano por sentirse vivo, que culmina en una excepcional escena final.
Los cuatro protagonistas en el culmen de una de sus borracheras. |
En definitiva, una película muy recomendable que habla de nosotros mismos y que tras los títulos de crédito finales te anima a abrazar a tus amigos y tomarte unas copas con ellos. Porque la vida hay que celebrarla a pesar de todo.
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