"Los cuñados también son familia"
Es prácticamente inevitable que el instinto
protector de un padre hacia su hija salga a relucir cuando esta va haciéndose
mayor y empieza a tomar decisiones… pero también es verdad que hay que saber
lidiar con ello, mantener una fluida comunicación, ejercer de padre y no de
amigo y, sobre todo, tratar de comprender y ponerse en la piel de ella.
Tres cuñados muy diferentes entre sí –Arturo (José Coronado),
un adinerado abogado; Poli (Roberto Álamo), un susceptible y violento albañil, y Chus (Javier Cámara), un
alegre empleado de banca– aúnan fuerzas ante una causa común: intentar que sus
hijas abandonen a sus novios, quienes, según sus criterios, representan una
mala influencia para ellas. Si bien parte de una premisa ya utilizada en
distintas ocasiones, el director busca llevarla un poco más allá, creando
divertidas situaciones, gracias, especialmente, al magnífico plantel actoral
con el que cuenta.
Hay que decir también que, aunque la primera
parte de la película se ve con cierta gracia y mantiene el interés, en la segunda
la historia encalla en un callejón sin salida que, forzando episodios
psicópatas que le restan gracia, hace que el producto final pierda bastantes
enteros.
Una comedia sobre situaciones reales, con las
que más de uno se sentirá identificado, que sirve para reír un rato. Porque, al
final, de todo puede sacarse una lección.
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