"En la mente del psicópata"
He de admitir que, hasta hace poco, me sentía algo reacio a
ver series de nuevo. Recordaba la ansiedad –provocada por Los Soprano o Breaking Bad–
por ver un capítulo más, siempre un capítulo más, y no me apetecía volver a
sufrirla… Sin embargo, enredando por Netflix, me topé con esta joya, que pronto
captó mi atención y me hizo recaer en este sano y ocioso vicio.
Reconozco que siempre me han fascinado las películas de
asesinos en serie: por un lado, la atávica lucha entre el mal, encarnado por el
asesino, y el bien, los policías que intentan adelantarse a su próximo
movimiento; por otro, ese extraño placer de asomarse a los oscuros rincones de
una mente criminal. Además, el thriller psicológico de David Fincher es siempre
un buen cebo para mi voraz apetito cinéfilo.
Sin desvelar demasiado, diremos que se trata de un hecho
verídico: la historia de cómo el FBI introdujo, en los años setenta, unas
revolucionarias técnicas de investigación para comprender y adelantarse a los
asesinos en serie. Así, de la mano de una pareja de investigadores –que van
entrevistándolos– y una fascinante socióloga –que recopila y analiza los datos
obtenidos– nos adentramos en las mentes de algunos de los criminales más
despiadados de la historia de Estados Unidos. Si a esto le sumamos la aparición
en la trama de casos paralelos, la profundidad que rodea a cada personaje, los
inteligentes y magnéticos diálogos, la atmósfera setentera y el fascinante
sello de un director único, obtenemos una serie imprescindible para cualquiera,
cinéfilo o no.
Por tanto, ahora que se ha confirmado la segunda temporada,
desde este pequeño rincón les animamos a abrir esta puerta al lado oscuro de la
mente. Con calma –dejándose empapar– y poniendo todos los sentidos para,
superada una primera toma de contacto tal vez fría, sumergirse en este
inquietante mundo.
Un producto gourmet
tan exquisito, que no puedes dejar de probar.
¡Larga vida a Fincher!
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