"Atrapado por su pasado.."
Estamos frente a la aventura número 24
que es llevada al cine del famoso espía británico con licencia para matar creado, allá
por la década de los 50, por el autor inglés Ian Fleming. También supone la cuarta entrega en la que
Daniel Graig se pone en el pellejo del agente 007 y la segunda que el genial
director San Mendes adapta al cine. Esta vez el elegante espía se tendrá que
enfrentar a los fantasmas de su pasado, a parte de un buen puñado de enemigos.
James Bond, a partir de un misterioso
mensaje únicamente dirigido a él, se embarca en una misión extraoficial en
Mexico e Italia, donde descubre la existencia de una organización mundial secreta llamada “Spectre”. Mientras tanto en Londres,
el nuevo director del Centro Nacional de Seguridad se quiere cargar el MI6, dirigido
por M (Ralph Fiennes), a toda costa, con el argumento de
que los agentes doble cero forman parte de un programa obsoleto.
Bond con la inestimable y encubierta
ayuda de Q (Ben Whishaw) y Moneypenny (Naomie Harris) se pondrá en contacto con la prestigiosa psicóloga
Madeleine Swan (Lea Seydoux), hija del Sr. White, enemigo de Bond y miembro de “Spectre”,
para intentar desenmascarar el misterio que envuelve a la organización criminal.
A partir de ahí, 007, irá descubriendo que su actual enemigo tiene unos lazos
con él más estrechos de los que podía imaginar.
La cinta tiene un comienzo apabullante
por las calles de México D.F. en la que un soberbio plano secuencia nos adentra
en el bullicio de la ciudad durante la celebración del día de los muertos y nos
mete directamente en la pomada. Con espectaculares y bien rodadas escenas de
acción, magnífica la adrenalínica persecución por las calles de Roma, la película pierde fuerza en el villano interpretado por Christoph Waltz, que resulta un
poco insulso e indolente y no da la réplica que la película exige, sobre todo viniendo
como veníamos de presenciar la magistral actuación de nuestro Javier Bardem en
la anterior aventura “Skyfall” en el papel del retorcido Silva.
Una película de aventuras repleta de
acción con magníficas localizaciones, que utiliza los ingredientes necesarios que hacen de James Bond ese
atractivo y elegante espía, pero que también añade el sufrimiento y las dudas
que hacen del personaje un ser más humano. En definitiva, dos horas y media que
te harán pasar un rato divertido delante de la gran pantalla.
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