martes, 23 de febrero de 2016

EL CLUB (Pablo Larraín, 2015)

"El club de los curas descarriados.."

                                 
                                       

Hace mucho que no rescatábamos ninguna cinta para que ocupase un lugar en este privilegiado apartado, como es el de RECOMENDAMOS. Pero ha sido ver esta inquietante película chilena y rendirnos a su terrorífica y magnética historia.

Un grupo de cuatro sacerdotes viven en una casa de retiro en el pueblo costero chileno de La Boca, apartados de su sacerdocio en lo que se presume una penitencia por sus pecados cometidos en el pasado, todo ello bajo la atenta mirada de una cuidadora que velará por el cumplimiento de sus obligaciones ante Dios.

                      

La paz y tranquilidad de la casa se verá alterada con la llegada de un atormentado padre y la aparición a escena de un joven muchacho que sufrió abusos sexuales, por parte de este último, cuando era niño.


                          

Una película que trata los abusos sexuales infantiles en el seno de la Iglesia y como ésta procede con los descarriados siervos de Dios, olvidándose de los inocentes sufridores. Aquí el estamento divino actúa más como una oscura corporación a la que preocupa más la mala publicidad, que le puedan acarrear las atrocidades cometidas por algunos de sus miembros, que difundir el verdadero sentido de la palabra de Dios, que no es otro que el amor entre las personas.


"Si se acaban los pobres, se nos acabarían los santos, y eso sería gravísimo"


El director Pablo Larraín relata de manera magistral la cruda y heladora historia de unos personajes divinos que solo parecen tener que rendir cuentas ante Dios, cuyo perdón nunca les será otorgado sólo porque no son conscientes de sus pecados. Para ello, el director entrelaza los planos gran angular donde reúne a todos los curas, mostrando la oportuna distancia con ellos, con los primeros planos que reflejan la terrible indiferencia que mantienen frente a los horribles actos que cometieron. Todo acompañado por una inquietante música que acentúa el horror.


Cabe destacar el magnífico trabajo interpretativo del acertado reparto elegido por el director, compuesto en su totalidad por actores chilenos, y el reconocimiento que obtuvo en el Festival de Berlín de 2015 recibiendo el Oso de plata, el premio especial del jurado.


Una fría, incisiva y punzante visión de unos terribles actos que a pesar de no ser un producto fácil de ver si que resulta necesario su visionado. Una pequeña pero auténtica joya, cuyos quilates te harán deslumbrar.

        

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