"Dosis de realidad en vena..."
Cuántas veces, en el seno de una pareja en
apariencia modélica, un hecho aislado, desatando un torrente de miedos y
violencia que permanecía latente, camuflado en el fuero interno, amenaza con
arramblar con todo lo construido. A este punto nos lleva Asghar Fahradi,
reciente ganador del Óscar a la mejor película de habla no inglesa.
Emar y Rana se ven obligados a dejar su piso
por unas obras que están afectando a la estructura del mismo. Siguiendo el
consejo de un compañero de la compañía de teatro donde trabajan, recalan en
otro lugar… pero un incidente relacionado con la anterior inquilina pondrá
patas arriba la vida de la joven pareja.
El título de la película viene de la obra Muerte
de un viajante, de Arthur Miller, que los protagonistas representan
mientras transcurre la historia. Sin necesidad de recurrir a la violencia
explícita, a base de pequeños gestos, detalles, el director iraní carga la
transformación que en su intimidad va sufriendo la pareja de una angustiosa tensión
que, cuando encuentra su punto álgido en la parte final, sin darnos cuenta ya
nos ha desbordado.
Lo que en un principio parece desarrollarse
como un drama familiar expuesto con una mirada crítica, tanto social como
política, se convierte en un historia de venganza: una mujer herida pero fuerte
en contraste con la mentalidad cerrada de su compañero, quien, invadido de ira
al ver “mancillado” su orgullo de hombre y marido, entra en una crisis como la
del viajante que interpreta.
En definitiva, una historia que, a pesar de su
aparente sencillez, nos plantea de forma sutil e inteligente el complejo
entramado que esconde el ser humano, dejando un regusto que durará días…
Fantástica entrada. Muy interesante. Realmente después de leerla apetece mucho ver la película.
ResponderEliminarMuchas gracias Sandra. Ya nos comentarás tus impresiones cuando la hayas visto. Un abrazo!!
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