domingo, 23 de octubre de 2022

EL PRODIGIO (Sebastián Leilo, 2022)

“Fe o ciencia”

 

 


 

Dentro de la sección oficial del Festival de Cine de San Sebastián nos encontramos con esta producción irlandesa, dirigida por el oscarizado director chileno Sebastián Leilo, que Netflix estrenará en su plataforma el próximo 16 de noviembre. Un inquietante thriller ambientado en las Midlands irlandesas de 1862.

 

 

Una niña de 11 años lleva meses sin probar bocado y, sin embargo, sigue milagrosamente viva y con buena salud, hecho que ha servido como reclamo a abundantes turistas y peregrinos. Lib Wright, una enfermera inglesa, es llamada para que siga el caso y poder observar de cerca a Anna O`Donnell, la niña que ha sobrevivido sin comer durante meses.

 

Florence Pugh encarna maravillosamente a la enfermera Lib Wright.

 

A partir de la aclamada novela homónina de Emma Donoghue, Sebastián Leilo nos introduce en la católica Irlanda de mediados de siglo XIX, una comunidad altamente religiosa, para contarnos un relato estremecedor a la par que magnético en la que una enfermera con todos sus conocimientos intentará arrojar luz a través de la ciencia y la medicina sobre el extraordinario hecho que vecinos y familia defienden como milagro.

 

El papel de la niña es interpretado por Kíla Lord Cassidy.

 

Una película que reflexiona sobre la cerrazón y el fanatismo, en este caso religioso, y que clama contra la negación de lo evidente, cuando realmente se quiere guardar secretos oscuros dentro del seno familiar. Apoyada en una maravillosa fotografía y con un plantel actoral impecable en el que quiero destacar a una brillante y sobria Florence Pugh, que nos regala el papel de la enfermera que intenta resolver el misterio mientras ella arrastra su propio lastre.

 

 

En la película se enfrenta la ciencia con la fe religiosa.

 

Una interesante y misteriosa propuesta que termina siendo un cuento gótico que nos mantiene en vilo desde el principio hasta el final y que nos abre los ojos ante la negación de lo evidente que muchos claman, todavía en este siglo XXI.

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