"La 50 de Woody Allen"
Woody Allen llega a su película número 50. Lo hace a la
edad de 87 años y después de seis décadas trabajando y, según parece,
sin visos de tomarse un descanso. Para ello vuelve a París, para rodar
en francés, algo inédito en su carrera, y adentrarse en los vericuetos
del azar y del amor, recordándonos su maravillosa Match Point.
Fanny
y Jean son, a ojos de los demás, la pareja perfecta: con éxito
profesional, viviendo en un lujoso apartamento parisino y mostrando su
amor como la primera vez. Pero el afán de tener todo bajo control por
parte de Jean y un encuentro casual entre Fanny y Alain, un antiguo
compañero de instituto, harán que empiecen a tambalearse los cimientos
de una relación basada únicamente en la satisfacción económica.
Es
impresionante la capacidad que tiene Allen de, a través de una comedia
ligera, cargar de negrura una historia sin perder frescura y carga
cómica. Una cinta con la que el director vuelve a remarcar el factor que
tiene la suerte y el azar en nuestras vidas, algo muy presente en la
obra del director neoyorquino.
La película
transita por rincones maravillosos de París (hay escenas que parecen
postales gracias al gran trabajo de fotografía de Vittorio Storaro),
mezclando la comedia con tintes de cine negro que nos mantienen en vilo
durante todo el metraje hasta desembocar, a mi entender, en un abrupto
final que remata precipitadamente la intriga. Cuenta con un plantel de actores y actrices muy solvente y está aderezada con una banda sonora jazzística
que homenajea a las películas francesas de los años 50 y 60, que tanto
le gustaban al director.
En definitiva, una
entretenida comedia negra con sus giros y enredos, que demuestra el
saber hacer de un director que no ha perdido su chispa a pesar de acercarse
a los 90 años.
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