"Martinis y música francesa..."
Todos y cada uno de nosotros tenemos nuestros secretos o
temas que preferimos no airear. Por eso, cuando tu mejor amiga desaparece de la
noche a la mañana sin dar ninguna explicación, puede que descubras más de una
sorpresa que no conocías.
Stephanie, una hiperactiva madre soltera y bloguera que vive
en un tranquilo barrio residencial, y Emily, sofisticada y recelosa mujer de
negocios, se convierten en las mejores amigas. Pero la repentina desaparición
de esta última hará que la primera no pare hasta descubrir la verdad.
Paul Feig adapta el homónimo best seller de Darcey Bell,
creando un refinado thriller que combina la intriga propia de la trama con el
toque cómico que aportan los personajes de la historia. El guion no está exento
de giros que hacen que la película decaiga algo en la segunda parte, sobre todo
después de su prometedor comienzo.
Destaca la espectacular selección de temas franceses, que te
harán contornear el cuerpo en la butaca, y unos llamativos títulos de crédito
que rememoran los buenos tiempos de Saul Bass. También el intenso pulso
interpretativo que mantienen las dos actrices, Anna Kendrick y Blake Lively,
con personajes en principio totalmente contrapuestos.
Una ingeniosa y elegante propuesta que quizás no haya tenido
la repercusión que merecía, pero que hará pasar al público casi dos horas de
entretenimiento total.
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