"Por obra y gracia del Tarttalo"
Vuelvo al cine y me enfrento a una nueva adaptación de otra
novela con cuya lectura disfruté enormemente. En esta ocasión se trata de la segunda
parte de la Trilogía del Baztán, escrita por Dolores Redondo, quien
recientemente ha publicado la precuela de esa misma trilogía, lo que quizás nos
lleve a una cuarta película.
Nos encontramos a Amaia Salazar a punto de dar a luz, un año después de su regreso
a su tierra. Una serie de extraños sucesos le implican, haciéndole rememorar
los fantasmas de un pasado que parecía estar bien enterrado.
La inspectora Salázar embarazada en un juicio. |
Fernando González Molina es el encargado de la adaptación;
como ya hizo con la primera parte, El guardián invisible, refleja su
buen hacer en el montaje final de la película, haciendo traslucir el desasosiego
que rodea a la inspectora Amaia dentro del perturbador escenario que esconde el
valle del Baztán con sus leyendas y mitología.
El enigmático padre Sarasola se hace cargo de la madre de Amaia. |
Es fácil que el espectador se pierda en sus apenas dos horas
de duración; es muy complicado adaptar un libro de unas 600 páginas, en el que
pasan muchas cosas en una película de 119 minutos. Sin embargo, mantiene la
expectación hasta el último momento, con una Marta Etura muy afianzada en el
papel, apoyada en unos secundarios de categoría que hacen muy creíble la
historia.
El juez Markina siempre está dispuesto a ayudar a Amaia. |
Un interesante thriller con mucha miga, que nos sigue
adentrando en el mágico entorno donde se encuentra ubicado
Elizondo.
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