"En busca del crimen perfecto.."
Menos de un año y nos topamos en las carteleras con otra
película del prolífico y aclamado director Woody Allen, el cual a su vez ya
está inmerso en su siguiente trabajo que, como curiosidad, filmará en formato
digital, lo que supondrá una importante novedad ya que hasta
hoy todo su trabajo anterior había sido rodado en celuloide. ¡Bendita energía a sus casi 80
años!
Abe Lucas (Joaquin Phoenix), un exitoso profesor de filosofía,
que no está pasando por su mejor momento existencial; ha sido abandonado por su mujer, su mejor amigo falleció en Irak y la filosofía ya no le llena como lo
hacía antes, desembarca en una nueva universidad de una pequeña ciudad. Allí se
verá involucrado sentimentalmente entre dos mujeres totalmente distintas, Rita
Richards (Parker Posey), una profesora infelizmente casada, ávida de nuevas
sensaciones y dispuesta ayudarle en todo, y Jill Pollard (Emma Stone) la
estudiante más brillante y guapa de su clase que sucumbirá al encanto poético
de su carácter autodestructivo.
La primera parte de la cinta puede resultar algo monótona y
plana, nos muestra lo emocionalmente tocado que se encuentra Abe y las pocas
ganas de vivir que tiene, sin embargo cierto hecho hace que la historia dé un
giro de 180 grados y que nuestro protagonista vuelva a sentir un amor muy profundo por la
vida.
El eje principal de la historia gira en torno a la magnífica
interpretación de Joaquin Phoenix, que nos regala otro de sus atormentados personajes,
esta vez luciendo una considerable barriga. Por su parte Emma Stone, segunda
película que repite con Woody Allen, le pone el contrapunto con su delicada belleza
y dulzura.
Un ejercicio de dramaturgia con un toque hitchcockiano que
te hará plantear la moralidad de cometer un delito cuando el que lo ejecuta está
convencido que ha hecho del mundo un lugar mejor una vez llevado a cabo. En
definitiva una buena e interesante película que no defraudará a los seguidores
del director neoyorquino pero que tampoco pasará a los anales de la
cinematografía del bueno de Woody como una de sus mejores obras.
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