La temprana desaparición de mi padre (este mes se cumplen quince años de su muerte) nos pilló desprevenidos a toda la familia y amigos.
Vivimos muy tranquilos, pensando que esto que llamamos vida es algo eterno… y sólo
cuando nos azota un hecho así descubrimos nuestra fragilidad como seres
humanos, y lo banal de muchas de nuestras preocupaciones diarias.
José Luis habría cumplido 70 años el pasado 15 de marzo. Una
edad con la que, en principio, estaría disfrutando de una merecida jubilación, viviendo tranquilamente el
resto de sus días, como recompensa a toda una vida de trabajo duro y sinsabores
laborales, con momentos de paro prolongado, cierre de empresas, accidentes
laborales.
Mi padre fue un buen hombre a quien el óbito le sobrevino
antes de lo deseado. Ello le impidió disfrutar de algunas cosas que le habrían
alegrado un poco más la existencia; en especial, dos increíbles personillas,
llamadas Adrián y Martín, con las que habría hecho muy buenas migas.
Entre otros muchos valores que nos inculcó, me dejó como
legado el amor por un maravilloso deporte como el baloncesto y la pasión por el
cine. Amante incondicional de las películas de romanos y los westerns,
cada tarde acudía puntual a su cita con la ETB2, canal en castellano de la
televisión vasca, donde ponían y reponían películas del salvaje oeste.
De su boca empecé a familiarizarme con nombres tan
emblemáticos como Clint Eastwood, Tony Curtis, John Wayne, Paul Newman, Robert
Redford, Steve McQueen, Kirk Douglas, Charles Bronson… Es
por eso por lo que, desde este pequeño espacio que nos permite la red, quiero homenajear a una persona clave en mi vida compartiendo con vosotros
siete películas con las que sé que él disfrutaría una y otra vez.
Hasta siempre, querido papá.
El cine bélico era otro de sus géneros favoritos; este clásico es un opción ideal para disfrutar con sus maravillosas interpretaciones.
¡La cantidad de veces que he podido ver esta obra de
arte! Una delicia épica, dirigida por el maestro Kubrick, con un
inconmensurable Kirk Douglas.
Una memorable película convertida en obra de culto. Un western repleto de matices que la hace perdurable. John Wayne en estado puro.
Extraordinaria película del cine de evasión, que divierte y entretiene a rabiar, con un plantel actoral en estado de gracia.
Harry el sucio (Don Siegel, 1971)
Película icónica del cine policiaco en que emergió todo el carisma de Clint Eastwood; otro clásico de los que nunca se cansa uno de ver.
Una ingeniosa y entretenida película que contó con la exitosa pareja Paul Newman y Robert Redford.
Rocky (John
G. Avidsen, 1976)
Obra cúlmen de Sylvester Stallone que nos legó un mítico personaje que, a base de sacrificio y pundonor, logra alcanzar la cima del boxeo mundial.
Precioso recuerdo el que desde esta entrada dedicas a tu padre. Perder al padre es una de las experiencias más traumáticas. El padre o la madre, cuando desparecen nos dejan huérfanos y da lo mismo los años que tengamos porque cuando ellos están ahí siempre podemos acudir a consultarles, a que nos acompañen aquí o allá o, como bien echas en falta, a que esos diablillos que imagino serán sus nietos jueguen y aprendan de su gran experiencia y reciban el amor que a ti te dieron.
ResponderEliminarEn fin, Cangurito, ya te digo, tu entrada hoy me ha llegado muy adentro.
Un beso
Gracias Juan Carlos por tus palabras. ¡Un abrazo!
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