jueves, 31 de enero de 2019

EL VICIO DEL PODER (Adam McKay, 2018)

“El mayor titiritero del mundo”




Entre los políticos norteamericanos, quizás Dick Cheney no sea el más famoso: un hombre que estuvo en la sombra republicana desde los tiempos del Watergate, con Nixon, y que, con George W. Bush, de 2001 a 2009, llegó a convertirse en el vicepresidente con mayor poder del mundo.


La película hace un repaso a la biografía de Cheney, desde sus tiempos como discreto burócrata en Washington, a finales de la década de los 60, hasta su papel como vicepresidente en la administración Bush, deteniéndose en las fatales decisiones que cambiaron para siempre el panorama de la política mundial.


Dick Cheney maquinando.


Con un ritmo frenético, Adam McKay, casi a modo de documental, nos bombardea con toda la información recabada sobre la persona de Cheney, y nos la restriega por la cara, dejándonos patidifusos con el modo de actuar de un personaje que nos llevó a la ruina sólo por sus intereses personales. Nos presenta un burócrata que, de forma silenciosa y apoyado por su mujer, llegó a la cúspide del poder mundial, y entonces se inventó una guerra cuyas terribles consecuencias aún hoy seguimos sufriendo.


El matrimonio Cheney justo después de los ataques del 11-S.


El trabajo de los actores es de un nivel excelso: desde la increíble transformación, tanto física como gestual, de Christian Bale en Dick Cheney, pasando por esa solvente y magnífica actriz que es Amy Adams, nunca desapercibida, hasta llegar a Steve Carrell y Sam Rockwell, bordando sus roles como Donald Rumsfeld y George W. Bush respectivamente.


Dick Cheney jugando con su marioneta.


Una sátira política que a buen seguro incomodará a más de uno, pero que refleja sin tapujos la triste realidad de un mundo cuyo rumbo deciden las prácticas manipuladoras de un conjunto de indeseables.

No hay comentarios:

Publicar un comentario