jueves, 7 de octubre de 2021

EL BUEN PATRÓN (Fernando León de Aranoa, 2021)

“El truco del equilibrio”





19 años después de conseguir la Concha de Oro con la magnífica Los lunes al sol, el director Fernando León de Aranoa retorna a la Sección Oficial del Festival de San Sebastián afrontando de nuevo el tema laboral –esta vez, desde los ojos del empresario– y de nuevo con los servicios del genial Javier Bardem.

 
Blanco, dueño de la empresa familiar Básculas Blanco, siempre se ha preocupado por el bienestar de sus empleados. Ahora que quiere conseguir un premio local a la Excelencia Empresarial, las cosas deben estar más equilibradas que nunca. Cueste lo que cueste.


Blanco en pleno discurso ante sus empleados en la fábrica.



Estamos ante una inteligente comedia negra en la que el director entremezcla magistralmente varias historias que giran alrededor del patrón de la empresa – interpretado de manera soberbia por un Bardem excelso– y en las que tiene cabida la precariedad laboral, el poder, la ambición, la falta de escrúpulos, las falsas apariencias y, sobre todo, la manipulación. 


Esfuerzo, equilibrio y fidelidad para mantener la empresa familiar.



A pesar del drama que cuenta, se agradece el toque de humor y acidez del que impregna la historia el director, llevándonos a la carcajada en varias ocasiones. Con un ritmo muy ágil la cámara, va acompañando a nuestro protagonista desde el equilibrio inicial hasta la deriva final. La acertada y cuidada composición musical a cargo de Zeltia Montes se fusiona perfectamente con la escritura de la película para darle mayor empaque. 


Un empleado despedido decide acampar en frente de la fábrica.



El reparto está maravilloso, pero queremos pararnos en el impacto que nos ha vuelto a producir la increíble interpretación que nos regala Javier Bardem desde su primera aparición, logrando crear un personaje retorcido y cínico que, sin embargo, derrocha tal magnetismo que hace que lo miremos hasta con cierto agrado.


Blanco siempre se desvive por todos sus empleados.



Divertida a raudales, brillante y recomendable película que funciona como una sátira de esta sociedad del bienestar en la que vivimos, donde la balanza, casi siempre, se decanta para el mismo lado.

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